Si bien se ha convertido en una práctica aceptada para las empresas mineras compartir carreteras, electricidad y otras infraestructuras tradicionales con comunidades rurales cercanas, compartir nueva infraestructura tecnológica, como acceso a Internet y recepción de teléfonos móviles, es un desarrollo más reciente.
Esta publicación analiza cómo compartir infraestructura tecnológica puede apoyar la igualdad de género y contribuir al mejoramiento general de las comunidades mineras. Ilustra cómo las empresas mineras en Sudáfrica y la República Democrática del Congo (RDC) están compartiendo infraestructura tecnológica con las comunidades locales y cómo los socios están colaborando en Perú para sumar las voces de las partes interesadas a las mediciones de impacto relacionadas con la minería.
Esta investigación muestra que, si bien es posible que los programas no estén diseñados inicialmente exclusivamente para mujeres, una consecuencia no deseada de hacer que la tecnología esté disponible para todos es que las mujeres que tradicionalmente están desatendidas en tecnología e infraestructura tecnológica se benefician de su presencia.