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Modelado predictivo del agua: de la regulación reactiva al liderazgo ambiental proactivo

11 de junio de 2025
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Blog escrito por Carlos Ortega

El agua es uno de los elementos más sensibles de las operaciones mineras. A medida que el cambio climático transforma e intensifica los ciclos hidrológicos, aumentan los riesgos hídricos para las comunidades locales, la naturaleza y la industria. La modelización hídrica predictiva es una herramienta práctica para que los reguladores simulen cómo las condiciones cambiantes afectan la calidad del agua en sus instalaciones. Con el enfoque adecuado, la modelización hídrica puede ayudar a los reguladores a anticipar y abordar los riesgos hídricos para facilitar una gobernanza basada en la evidencia y con visión de futuro, esencial en un clima cambiante.

El modelado predictivo del agua se ha utilizado en el sector minero para al menos 30 añosEsta práctica implica el uso de la hidrología y la geoquímica para pronosticar cómo la calidad del agua puede fluctuar bajo condiciones cambiantes, como la disminución de las precipitaciones o el aumento de la producción minera. Estos modelos son comúnmente desarrollados por operadores mineros, y muchos países incluyen la predicción de la calidad del agua como parte del proceso de evaluación de impacto en el sector. Con un enfoque informado y proactivo, las autoridades mineras pueden aprovechar estos modelos hídricos para una toma de decisiones y una regulación eficaces.

Una herramienta para la alineación de políticas y la concesión de permisos

Las empresas mineras utilizan habitualmente modelos predictivos para respaldar decisiones como el diseño de sitios, las descargas de efluentes y la gestión de relaves. Para los reguladores, estos modelos son herramientas vitales para evaluar la viabilidad técnica, social y ambiental de una operación propuesta.

Durante el proceso de permisos, los modelos hídricos ayudan a identificar supuestos relacionados con la hidrogeología, la hidrología, la variabilidad climática y la dinámica de las cuencas hidrográficas. Ofrecen información para la planificación del cierre y la mitigación adaptativa de riesgos, lo que permite a los reguladores interactuar con la industria desde el principio e identificar los desafíos antes de que se agraven.

Es importante destacar que los modelos también facilitan la comunicación de riesgos entre operadores, reguladores, comunidades locales y otras partes interesadas. Esto resulta especialmente útil cuando los proyectos propuestos involucran tecnologías en evolución. Aprovechando la confianza generada mediante la participación temprana, los modelos predictivos pueden mostrar cómo se comportarán los sistemas bajo diferentes factores de estrés, lo que refuerza la confianza de los reguladores mediante la simulación y la previsión estructurada.

Gestionar la incertidumbre mediante una colaboración transparente

Identificar y debatir abiertamente las incertidumbres en los modelos hídricos es crucial, ya que incluso los modelos más robustos se basan en supuestos sobre patrones climáticos, hidrogeología, hidrología y geoquímica. Comprender dónde residen dichas incertidumbres y poder explicarlas con claridad es fundamental para una supervisión responsable.

Por lo tanto, los reguladores no solo deben exigir a los proponentes que revelen los supuestos y datos que sustentan sus modelos, sino también colaborar desde el principio con ellos para revisarlos e interpretarlos en colaboración. Como señalaron varias empresas mineras durante la Cumbre Global del Agua en la Minería 2025, cuando los reguladores participan desde el principio, pueden identificar problemas, solicitar mejoras y definir planes de gestión hídrica en tiempo real.

Impulsando un liderazgo ambiental proactivo

El modelado predictivo permite pasar de la regulación reactiva al liderazgo ambiental proactivo. En lugar de esperar a que surjan los problemas hídricos, los reguladores pueden implementar una gestión hídrica integrada y basada en cuencas, basada en pruebas de escenarios y datos en tiempo real.

Para lograrlo eficazmente, las autoridades necesitan desarrollar la capacidad técnica necesaria para comprender el proceso predictivo, incluyendo los datos de entrada, los métodos de modelización, las consideraciones sobre el caudal y las alternativas de salida. Los estándares de modelización —como la estructura del modelo, la transparencia de los datos de entrada y las consideraciones sobre las incertidumbres de salida— pueden integrarse en la normativa ambiental, los marcos de permisos y las directrices de monitoreo. Estas herramientas regulatorias deben ser adaptables para reflejar las realidades del cambio climático y requieren que los modelos se actualicen a medida que las condiciones evolucionen, proporcionando así una base sólida pero flexible para plantear las preguntas correctas, validar los supuestos e insistir en compromisos claros de los operadores mineros.

La flexibilidad y la adaptabilidad son fundamentales para abordar entornos socioambientales en constante evolución. Al participar en las primeras etapas del proceso de desarrollo del modelo del operador, los reguladores pueden fortalecer la supervisión de las herramientas de modelado que evolucionan con el tiempo, apoyando así planes de gestión hídrica que reflejen datos actualizados, la retroalimentación de la comunidad y las realidades ambientales cambiantes. Esto requiere una mayor capacidad técnica dentro de la autoridad reguladora para comprender el proceso predictivo, incluyendo los datos de entrada, los métodos de modelado, las consideraciones sobre el caudal y las alternativas de salida.

El modelado predictivo es una plataforma compartida para la concientización sobre los riesgos, la toma de decisiones transparente y la rendición de cuentas a largo plazo y ofrece una oportunidad importante para los reguladores que buscan fortalecer la gobernanza minera y la gestión del agua en medio de un clima cambiante.